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Magia con Mensaje

Aprendizaje Profesional a través de la Magia

Blog

El Eterno Aprendiz. El arte de acompañar en el aprendizaje

12 diciembre, 2018 by José Luis Santamaría Leave a Comment

Seguimos con otro artículo de “Magia con Mensaje” con el ánimo de continuar aportando humildes píldoras que permitan ir desgranando cómo concebimos esta iniciativa, y cómo con ella pretendemos que los colectivos aprendan de una manera diferente, no sólo por el medio en que se desarrolla ese aprendizaje sino por lo que se consigue al cambiar el enfoque.

Fíjate que digo “que los colectivos aprendan”, no digo “que nosotros enseñamos a los colectivos”. ¿Cuántas veces al día, desde hace ya bastantes años, escuchas que estamos en la “Era de la Información”? Y es así, me convencí de ello durante los años que desarrollé mi carrera profesional en el ámbito de la Consultoría y la Tecnología, y lo reitero ahora en mi faceta de “acompañante en el aprendizaje”. Estamos rodeados de redes que “supuran” datos, influencers “3 en 1”, eventos y charlas de “gurús” que nos aportan milagrosamente la “recetas mágicas” que nos llevarán al éxito y “arreglarán” nuestra existencia en un número mínimo de pasos, sin más compromiso por nuestra parte que el de reconocer que realmente poseen ese don de “gurú”…

Mi reflexión más inmediata ante esa certeza es que muy probablemente dispongamos de exceso de información, de exceso de maestros, un “exceso de enseñanza” y tengamos una clara carencia a la hora de aprender.

¿Por qué?

  •  Porque aprender es “la acción de adquirir y retener conocimiento, habilidad o información sobre alguna materia”. La palabra aprender deriva del latín “apprehendere” compuesto de los prefijos “ad-“ que indica “hacia”, “prae-“ que se refiere «antes» y “hendere” que significa “agarrar o atrapar”. …
  •  Porque para aprender hay integrar, y para que el aprendizaje sea real la integración ha de ser:
  1. Primero, intelectual (tengo que entender, tiene que tener sentido en relación a lo que me importa de verdad)
  2. Segundo, emocional (tengo que sentir que ese sentido es factible para mí)
  3. Tercero, vivencial (tengo que entender cómo llevo a mi día a día lo que siento que me hace sentido, pero lo más importante… tengo que llevarlo a mi vida)
  • Porque para que lo anterior se produzca es necesario identificar y calibrar cuánto pongo en juego de lo que actualmente me hace ser YO. ¿Y qué es esto? Pues el conjunto de juicios, creencias, emociones y opiniones que me han hecho llegar hasta donde estoy.

Para que los dos primeros “porques” sean efectivos el medio en que se desarrolla el aprendizaje es clave. Sabes que nosotros, en función del contexto, optamos por la magia como vehículo que aporta lo necesario para que lo relativo a ambos “porques” sea óptimo, pero hay otras vías.

Es en el último “porque” donde radica la importancia del título de este artículo: ”EL ETERNO APRENDIZ. El arte de acompañar en el aprendizaje”.

Fijémonos en la primera parte: “ETERNO APRENDIZ”… Si somos conscientes de que a la hora de aprender tenemos que trabajar con nuestros juicios, creencias, emociones y opiniones, debemos además ser conscientes de que esa dinámica va a ser inercial hasta el momento en que dejemos de existir (a no ser que estés seguro de que lo que has aprendido te servirá hasta ese momento, lamentablemente no es mi caso).

Pero esto tiene “trampa” porque esos juicios, creencias, emociones y opiniones que nos impiden “agarrar o atrapar” el aprendizaje que necesitamos en cada momento, nos son transparentes, no los percibimos.

Y es aquí donde aparece como importante la segunda parte del título: “El arte de acompañar en el aprendizaje”. Es necesario y útil el contar con alguien que nos acompañe en el aprendizaje, mucho más que para “enseñarnos”, en términos de “transmitirnos los conocimientos necesarios”, lo cual muchas veces será también necesario, para ayudarnos a identificar cuáles son esos juicios, creencias, emociones y/u opiniones que nos limitan a la hora de llevar a cabo una integración real de lo aprendido. Una vez conseguimos, con esa ayuda, identificar lo necesario nos ha de acompañar a hacernos las preguntas correctas para decidir qué queremos hacer con ello, por ejemplo, ¿estamos dispuestos a modificar, reaprender, ampliar,… ese juicio, creencia, emoción y/u opinión? ¿qué vamos a conseguir? ¿Cómo ampliará eso nuestro espacio de posibilidad?

En Magia con Mensaje aportamos el contexto en el cual se puede obtener un aprendizaje efectivo con el acompañamiento más adecuado.

Te pido perdón, de corazón, si lo que he contado aquí te ha sonado a “gurú”, no era mi intención 😊

¡Que la magia os acompañe!

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Magia como Acto en Vivo

21 noviembre, 2018 by Borjo Meyer Leave a Comment

Como si de un partido de tenis se tratara, tengo la necesidad de contestar al artículo de Jose de hace dos semanas, Del Mentalismo a la Mentalidad, que os dejo aquí para que podáis degustarlo como se merece.

Jose mencionaba uno de mis juegos credenciales, La Cajita Mentalista. Credencial, no tanto por su efecto, una predicción imposible muy potente, sino más bien por su contenido, la incredulidad de los espectadores.

 Hace algo más de dos años esta pequeña y ya castigada Cajita Mentalista encendió la mecha de mi último espectáculo Magia para Incrédulos y de mi querida y arriesgada charla Tedx, del mismo nombre.

Y es que resulta que la magia, como adelantaba en mi primer artículo, sirve como canal, como altavoz, para transmitir un mensaje con fuerza y fijar ese mensaje en la mente del que lo vive en primera persona.

La magia es un acto en vivo y eso nos da una clara ventaja frente a otros métodos de aprendizaje. Bien es cierto que una historia bien contada, con su emoción, puede llegar a ser muy memorable pero no dejará de ser de una historia contada en segunda o tercera persona.

La magia, como acto en vivo, sucede en el momento en el que se cuenta, y por lo tanto el espectador vive en sus propias carnes lo que está sucediendo, es el protagonista de la historia y eso, es muy potente.

Creo recordar que Tommy Wonder, uno de los grandes maestros de la magia, escribió en el primer volumen de El Libro de las Maravillas (editado por Páginas Libros de Magia) una estupenda reflexión en la que catalogaba una experiencia dependiendo del grado de participación.

Es decir, no es lo mismo tener un accidente de coche, que ver como alguien tiene un accidente de coche, que alguien te cuente como vio un accidente de coche. Es evidente que la experiencia es completamente distinta según al grado de participación.

En nuestro proyecto Magia con Mensaje optamos por el primer grado de participación en el que los asistentes a nuestras dinámicas (siempre a medida y siempre diferentes, como por otro lado es lógico) viven en primera persona la experiencia mágica y por lo tanto el calado del mensaje que subyace a ese juego de magia va más allá de una mera historia ¡ellos son los protagonistas de lo imposible!

La libertad que nos ofrece la magia es otra de las ventajas que nos empujaron a maridar el coaching (me he prometido no utilizar esta palabra, lo sé) con el ilusionismo. Al final y al cabo la magia es el arte de hacer lo imposible, y los límites son opuestos a lo imposible, por lo tanto en Magia con Mensaje, no tenemos límites.

La libertad para crear, encajar, crear y fabricar soluciones de aprendizaje a través del ilusionismo son ilimitadas. Durante cientos de años los maestros artesanos de la magia han establecido (y lo siguen haciendo) las bases de nuestro arte ilusionista, y han diseñado técnicas, han pulido detalles, han creado juegos y han publicado miles de imposibles mágicos que están a nuestra disposición.

Personal y profesionalmente, es una delicia para mi, descifrar cada uno de los casos que se nos plantean y encontrar el truco de magia perfecto.

Devuelvo la pelota a Jose, que sabrá golpearla muy bien y os esperamos la próxima semana con un nuevo vídeo en el que os contaremos un poquito más de este proyecto.

¡Que la magia os acompañe!

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Del Mentalismo a la Mentalidad

7 noviembre, 2018 by José Luis Santamaría Leave a Comment

Hace un par de semanas leía el artículo de mi amigo y compañero en este viaje de la Magia con Mensaje hacia AVALON, un tal Borjo Meyer (artículo “Magia como Canal”).

Al leer el inicio del artículo, en el que aludía a cómo nos conocimos y pergeñamos este proyecto, recordé uno de los juegos que más me impactaron. Era un juego de mentalismo en el que hacía uso de su artilugio “La Cajita Mentalista”. Recuerdo también como, al interaccionar con el asistente al evento que, incrédulo, atendía a las indicaciones de Borjo, le decía: “Estoy en tu meeeenteeeee…”. Y os prometo que observando el resultado del juego desde luego así parecía, “estaba en su mente”.

Lo anterior es algo que he corroborado a lo largo de los años, cada vez que he asistido a una actuación de Borjo, cada vez que diseñamos y desarrollamos una actividad de Magia con Mensaje en la que hacemos uso de juegos de mentalismo.

Y, a pesar de que a lo largo de los siglos se ha definido el mentalismo de mil maneras (“como disciplina que explora los límites de la mente, más allá del ilusionismo”, por ejemplo), cada vez estoy más convencido de que no hay mejor manera de expresar el mentalismo que hacerlo como hace Borjo, como la acción por la cual “Estoy en tu meeeenteeeee…”.

De manera muy simplista el proceso del mentalismo podría expresarse de la siguiente manera:

  • El mago identifica un objeto, palabra, … en la mente del sujeto
  • Lo hace propio
  • Desarrolla un juego en relación con el objeto que impacta en el sujeto y en el público

Si la magia fuera magia, si el mago pudiera “estar en tu mente» ¿lo permitirías? ¿saldrías voluntariamente al escenario y te dejarías hacer? ¿abrirías alegremente tu tesoro para que fuera observado, disfrutado o quizás saqueado por alguien que ni conoces?

En Magia con Mensaje trabajamos con el mentalismo pero también con la mentalidad. Y lo hacemos porque el trabajo con la mentalidad sí es real, y cuando se desarrolla con un objetivo de transformación en positivo, se convierte en una herramienta clave para que los cambios individuales y en el colectivo se produzcan desde una perspectiva de utilidad y efectividad, y de un modo completamente persistente.

¿Y qué es la mentalidad? Es el modo en que:

  • Identificamos los retos, objetivos y necesidades de los demás
  • Nos hacemos cargo de ellos
  • Y modificamos nuestro comportamiento para impactar en ellos del modo más eficaz posible.

Luego la mentalidad tiene que ver con un proceso similar al del mentalismo, pero su impacto en los demás es real, no es “ilusorio”.

La mentalidad en el sentido que la estamos expresando, y cuando se gestiona y desarrolla teniendo en cuenta a los demás y a nuestro impacto en ellos, cambia nuestras relaciones, nuestra comunicación, la consecución de nuestros resultados…

La mentalidad es la base de nuestros comportamientos. Como, por ejemplo, expone y desarrolla el Modelo de Arbinger Institute (“Outward Mindset”), si atendemos a nuestra mentalidad y a cómo ésta impacta en los retos, objetivos y necesidades de los demás, podremos modificar nuestros comportamientos, habilidades, procesos, sistemas… en pos de mejorar nuestros resultados colectivos e individuales.

A través de dinámicas desarrolladas a medida de Magia con Mensaje somos capaces de articular cambios en la mentalidad de los colectivos, en el sentido que hemos expuesto, a través del fantástico vehículo del mentalismo. De este modo, el mentalismo se convierte en el mecanismo “ilusorio” que permite la realización de cambios consistentes y útiles en la mentalidad, y por ende en los comportamientos y los resultados.

Muchas gracias por leer a este humilde expansor de mentalidades y nos vemos la próxima semana con un nuevo vídeo.

¡Qué la magia os acompañe!

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Magia como Canal

24 octubre, 2018 by Borjo Meyer Leave a Comment

Hace tres años aproximadamente el destino quiso que Jóse Luis Santamaría y yo nos encontráramos en un evento organizado por CIONET en el Hipódromo de Madrid. Actuaba en aquella época junto a Hugo Maximiliano, y presentamos una sesión de magia para los CIOs que asistían al evento.

Tras mi intervención, y entre las felicitaciones de los espectadores (porque no contarlo), José se acercó hasta mí y, con una seguridad aplastante me dijo: “Tu y yo tenemos que reunirnos y montar algo juntos”. Tres años después, estamos aquí, escribiendo sobre Magia con Mensaje y explicando, lo mejor que sabemos, en que consiste nuestro proyecto.

No soy ninguna clase de Steve Jobs, ningún gurú y muchísimo menos un genio, pero si me considero un emprendedor y una persona trabajadora, y los que están a mi alrededor pueden atestiguarlo. Cuando entré en el mundo de la magia corporativa, sector en el que me he especializado desde hace unos años, tenía claro que quería ofrecer algo distinto a la magia como entretenimiento.

Qué la magia sea algo más que una actividad para entretener a los públicos no es algo nuevo. De hecho, maestros como Luis García, o el conocidísimo Juan Tamariz, hablaron y siguen hablando de la magia simbólica. Por lo tanto, utilizar la magia de un modo metafórico no es ninguna novedad.

La figura del mago parece estar anclada exclusivamente al sector infantil, o a un personaje demasiado cañero que ridiculiza al espectador a costa del espectáculo. Por lo tanto, revertir esta situación es una hazaña muy compleja.

La magia, como arte (no reconocido, aunque evidente), permite expresar un mensaje. La vida interior del mago se refleja en el acto mágico, y un juego, a primera vista simple, como la cuerda rota y recompuesta, puede contener una lectura muy profunda.

Ahora bien, de la intención del mago a la recepción de esa intención por parte del espectador hay un buen trecho. No entraré a debatir si es necesario o no que ese mensaje llegue o si basta con la intención del mago, pero la capacidad en potencia esta presente.

Durante estos años he ido maridando la magia con otras disciplinas, por un lado, en la búsqueda de algo distinto (soy consciente de que el mercado manda) y por otro, para estirar la magia hasta el punto de convertirla en lo que creo fehacientemente que es, un altavoz desde el que mandar el mensaje que necesitemos trasmitir.

Y aquí llegamos a Magia con Mensaje, el gran exponente, como su propio nombre indica, de magia como canal. Originalmente deseché la idea, me aterrorizaba ofrecer humo. Yo no tengo ninguna formación como coach, por lo tanto, dedicarme a crear el contenido formativo para une empresa estaba completamente descartado. Pero como todo al final encaja, o al menos eso creo, el encuentro hace tres años con José en CIONET me puso en bandeja de plata al socio perfecto para este proyecto.

No quería aburriros en este primer artículo, únicamente establecer ligeramente las bases, desde mi punto de vista, de Magia con Mensaje, y a partir de este punto ir desarrollando mi modo de trabajo y de qué manera encaja con el modo de trabajar de José.

Si me pedís un resumen, o unas palabras finales que sinteticen este pequeño acercamiento, os diré que Magia con Mensaje es una dinámica de contenido adaptable que emplea como herramienta fundamental la magia para insertar un contenido de aprendizaje en un colectivo empresarial. Espero no haber utilizado demasiadas palabras para definir este proyecto, que en mi mente, es sencillo (que no simple) y apasionante.

Muchas gracias por leer a este loco miope y nos vemos la próxima semana con un nuevo vídeo.

¡Qué la magia os acompañe!

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Los tres niveles del aprendizaje

10 octubre, 2018 by José Luis Santamaría Leave a Comment

La semana pasada iniciamos un ciclo de contenidos en el marco de nuestra iniciativa “Magia con Mensaje”. Lo hicimos con un primer vídeo introductorio de un conjunto de 15, que iremos intercalando a lo largo de los próximos meses con artículos propios que expresarán nuestra visión, la de Borjo y la mía, acerca de nuestros DOS MUNDOS (LA MAGIA y EL APRENDIZAJE).

Imaginémoslo como un viaje al mítico Universo de AVALON, en el que se producen los aprendizajes A TRAVÉS DEL IMPOSIBLE DE “LA MAGIA CON MENSAJE”. Como el que tuvo que realizar cualquier aprendiz para entrar en el Mundo Mágico de la resolución.

Cuenta el mito celta que la isla de Avalon es una isla habitada por hadas, y donde se pueden encontrar manzanos con sabrosas frutas durante todo el año, lo que para nosotros serán los aprendizajes que nos ayudan a ser lo que queremos ser.

Por eso nos parece interesante empezar esta serie de artículos por uno que introduzca nuestra visión acerca del aprendizaje.

Hace años, cuando transitaba en mi proceso de capacitación, toma de experiencia y certificación como coach, di con el siguiente texto de Brad Blanton, en el marco de su paradigma “Radical Honesty”:

“Sufrimos desde el pensamiento. Hacemos ciertos supuestos sobre el mundo, y nos quedamos apegados a estos supuestos. Hemos trabajado muy duro para elaborar nuestras ideas, como para soltarlas cuando se vuelven inútiles. Para sobrevivir hemos de aplicar lo que hemos aprendido de la experiencia, pero para vivir y crecer, tenemos que superar constantemente lo que hemos aprendido en el pasado.”

Es precisamente ese momento, aquel en el que sentimos que tenemos que empezar a vivir y crecer, y dejar de sobrevivir, cuando se inicia el aprendizaje. Es un aprendizaje ontológico (confiere a todo nuestro ser), y por ello ha de integrar todo lo que somos (mente, emoción y cuerpo). Es un viaje en el que debemos modificar aquellos juicios que nos limitan, aquellas creencias que nos anclan, aquellas opiniones que sólo nos llevan a intentar tener razón y esa manera de gestionar nuestras emociones que no nos es útil para lo que queremos conseguir.

Para llegar a nuestro destino, a ese Avalon que nos otorga un nuevo vivir en crecimiento, será necesario transitar por tres niveles, como camino para modificar aquellas creencias, juicios, opiniones y emociones que ya no nos están siendo útiles. Considero los tres niveles como etapas que se han de producir de manera secuencial. Igual que en el viaje mágico a Avalon, el aprendiz se veía acompañado por las Reinas Magas, en nuestro aprendizaje debemos pasar por todos y cada uno de los tres niveles. ¿Y cuáles son esos tres niveles? Pasemos por ellos someramente, ya que en posteriores artículos profundizaremos por ellos del modo lo más pragmático posible:

  1. Nivel intelectual (racional): Para aprender debemos primeramente “entender” (en el sentido de “penetrar”), para luego “comprender” (en el sentido de “abrazar”). Consiste en la capacidad para adquirir nuevas distinciones (conceptos) que nos permitan conocer y hacer sentido al mundo que queremos alcanzar como nuevo espacio de posibilidad para nosotros. Demos ahora sentido a lo que este nivel supone de manera práctica en el desarrollo de nuestra iniciativa “Magia con Mensaje”. Por ejemplo, un colectivo profesional que requiere el aprendizaje de una nueva habilidad. Lo primero que tiene que suceder es que cada integrante del colectivo observe y comprenda (“abrace”) la utilidad que tendrá dicha habilidad en relación con un objetivo práctico para él. Ese es el “primer click”, aquel que supone una primera llave para empezar a abrir los candados de las creencias, los juicios, las opiniones y las emociones (como veíamos antes).
  2. Nivel Emocional: Emoción integra semánticamente el concepto de “movimiento”. Lo que sentimos es lo que nos invita a movernos en un sentido que nos acerca o aleja a algo que es importante para nosotros (en función de si la emoción es útil o inútil en relación a lo que queremos). Para continuar con un aprendizaje “de verdad” es indispensable “sentir” lo que estamos aprendiendo, ya que al hacerlo estaremos iniciando el proceso de “movernos” a cambiar lo que necesitamos cambiar para conseguir lo que queremos conseguir. Y sabemos que la Magia emociona, hace sentir, por lo que es un motor perfectamente válido para iniciar ese movimiento.
  3. Nivel vivencial: Aquí sucede el “milagro”, se incorpora plenamente el aprendizaje. Llegamos a este nivel cuando integramos la habilidad adquirida en nuestro comportamiento habitual, siempre y cuando (por los dos niveles anteriores) sabemos (nivel intelectual) y sentimos (nivel emocional) que nos será útil para conseguir nuestros objetivos.

 

Así llegamos a Avalon.

 

El viaje del aprendizaje ha de ser un emerger, un nacimiento, un ver la luz.

Debemos despojarlo de su seriedad y gravedad, y mostrar como el aprender puede abordarse y realizarse con disfrute, profundidad y alegría. Y que mejor que el humor y la magia y el coaching para hacerlo, para transitar por cada uno de los niveles del aprendizaje.

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